domingo, 13 de febrero de 2011

Mike Oldfield - Tubular Bells


A- Tubular Bells (Part One) 25:00
B- Tubular Bells (Part Two) 23:5


Michael Gordon Oldfield (Reading, Inglaterra, 15 de mayo de 1953) es un compositor y multi-instrumentista británico.

Su padre, Raymond Oldfield, adquirió una guitarra cuando servía en la Royal Air Force en Egipto durante la Segunda Guerra Mundial. Mike recuerda cómo su padre «solía tocar la guitarra cada Nochebuena, cantando la única canción que sabía tocar, ‘Danny Boy’». Mike también atribuyó el hecho de que su interés por la música despertara tan pronto al virtuoso guitarrista Bert Weedon: «Le vi en la tele cuando tenía siete años y enseguida convencí a mi padre para que me comprara mi primera guitarra. De hecho, creo que de no haber sido por Bert nunca hubiera llegado a ser lo principal en mi vida». Los Oldfield se convirtieron en una familia ligada a la música: el hermano mayor de Mike, Terry Oldfield, es un compositor de prestigio en el campo de la música para documentales televisivos, y tiene varios álbumes en el mercado; su hermana, Sally Oldfield, consiguió un gran éxito a principios de los 80 con el tema vocal Mirrors, y en la actualidad continúa en activo.

A la edad de 10 años, Mike ya componía piezas instrumentales para guitarra acústica. La guitarra era para él más que un instrumento, era una vía de escape de una situación familiar que fue empeorando y apartándolo del mundo exterior durante mucho tiempo. A lo largo de esa década, la escena musical acústica había gozado de muy buena salud, debido al resurgimiento de la cultura folclórica británica que tuvo lugar en las décadas anteriores. Fue en uno de los muchos clubes dedicados a este movimiento donde el joven Mike empezó a darse cuenta de que su virtuosismo musical era del agrado del público. «Solía tener dos instrumentales de 15 minutos cada uno, que tocaba en los clubes de folk locales en los que iba repasando todos los estilos», decía. «Incluso desafinaba las cuerdas totalmente y las doblaba sobre el mástil y hacía todo tipo de cosas. En cuanto me daban vacaciones en la escuela, pasaba la semana entera practicando y tocando la guitarra». Probó también con la música eléctrica, tocando piezas instrumentales de The Shadows en un grupo amateur.

Cuando Mike cumplió 13 años, la familia Oldfield se trasladó a Romford, Essex. En 1967 dejó la escuela y junto con su hermana Sally formó The Sallyangie, un dúo folk-hippie de voz y guitarra. Firmaron por la compañía Transatlantic, que les editó el álbum «Children of the Sun» en 1968 y el single Two Ships en 1969. Por esta época el toque de guitarra de Mike fue fuertemente influenciado por el «folk barroco» popularizado por John Renbourn, líder de Pentangle y Bert Jansch. Después de un año, llegó el fin de Sallyangie.

The Whole World:

Mike se aproximó en más profundidad a la música rock, formando otro grupo de corta vida llamado Barefeet, con su hermano Terry. Eso le condujo a trabajar como bajista en Kevin Ayers & The Whole World. Kevin Ayers había sido miembro fundador de Soft Machine, pero abandonó el grupo en 1968. Al año siguiente publicaron el álbum Joy of a Toy, que les llevó a hacer una gira en 1970.

Entre los miembros de The Whole World se encontraba David Bedford ocupándose de los teclados. Bedford, un compositor de formación clásica, entabló una buena amistad con Mike, ayudándole en la composición de una temprana versión del que sería su primer álbum en solitario. Estando de gira con The Whole World, Mike entró en contacto con Centipede, una enorme orquesta de jazz dirigida por Keith Tippett. La amplia gama de instrumentos de que disponían influyó a Mike en el carácter multiinstrumentalista que más tarde daría a sus propias composiciones.

Kevin Ayers & The Whole World grabaron dos álbumes, Shooting At The Moon y Whatevershebringswesing, antes de disolverse en agosto de 1971. Para entonces, Mike había pasado de ser bajista a ser el guitarrista principal de la banda, y sus magistrales solos ya le habían dado una notable reputación.

Entre 1971 y 1973 Mike comenzó a ordenar las ideas musicales que bullían en su cabeza. Usando una grabadora de cuatro pistas con dos que iban en un sentido y dos en el otro que le prestó Ayers, descubrió que si cubría el cabezal de borrado con un trocito de cartón podía grabar en cuatro pistas. De esta forma podría empezar a grabar las ideas necesarias para realizar su gran proyecto: crear una sinfonía, similar a las composiciones de gran escala para orquesta con diferentes movimientos que se podían encontrar en muchas obras de música clásica, pero utilizando para ello instrumentos de toda índole, sobre todo pertenecientes al mundo del pop-rock. Se ha mencionado que la Quinta Sinfonía de Jean Sibelius le influyó profundamente por aquel entonces.

Con la grabadora prestada se metió en el dormitorio de la casa que compartía con los otros miembros del grupo, y las ideas para su nuevo trabajo empezaron lentamente a tomar forma. Ya metido en faena, Mike se decidió a tocar todos los instrumentos él mismo, y pensó que no le sería difícil con su don natural para la música el poder dominar casi cualquier instrumento; desde el xilófono al piano de cola, la guitarra clásica, el órgano Farfisa… Mientras aún trabajaba con Kevin Ayers, ayudaba también en las grabaciones que se hacían en los famosos estudios Abbey Road de Londres, donde tuvo la oportunidad de compartir algunas conversaciones con The Beatles. Pronto descubrió que el estudio tenía un almacén repleto de todo tipo de instrumentos, algunos de los cuales pertenecían al cuarteto de Liverpool, así que se las arreglaba para llegar más temprano y, mientras los demás usuarios del estudio llegaban, él experimentaba con esos instrumentos e incorporaba nuevos sonidos y texturas a su proyecto. Ensimismado en un trabajo que sabía iba a ser revolucionario, se propuso plasmar en él todas las profundas emociones que estaba experimentando como explorador de un campo musical virgen. La obra que estaba componiendo sería, además, un trabajo que se convertiría gradualmente en el vehículo para descargar sus emociones más profundas, y con las que más le estaba costando vivir.

Después de crear una primera maqueta, empezó a recorrer todas las discográficas tratando de convencer a alguien para que apoyase su proyecto. Por toda respuesta obtuvo negativas de las discográficas, que argumentaban que aquello «no era comercial» y que, si en algún caso llegaba a editarse, nadie lo compraría; obviamente, eso le había pasado por poner su fe en aquella poco trabajada maqueta. Tras haber compuesto la hipnótica introducción (la melodía más emblemática de su primera obra), seguiría acordándose de aquello: ¡si tan solo pudiese grabarlo, editarlo y promocionarlo!

En solitario:

En el estudio de Newman y Heyworth:

Un rayo de luz iluminaría el futuro de Oldfield. Cuando Mike dejó la banda de Kevin Ayers definitivamente, para ganarse la vida trabajó ocasionalmente como guitarrista de sesión. Uno de esos trabajos lo llevó en la banda de acompañamiento de la producción londinense de Hair, el «musical de amor-rock tribal» por 5 £ la noche. También tocó por un tiempo el bajo en una banda comandada por el cantante de soul Arthur Lewis. El grupo iba a grabar a un estudio recientemente inaugurado en una mansión de Shipton-on-Cherwell, a 20 millas de Oxford. Los estudios de grabación The Manor fueron construidos por aquel entonces para Richard Branson por Tom Newman, asistido entre otros por Simon Heyworth. El reunido en The Manor era un equipo de buenos amigos, y también estaban allí las novias de algunos de ellos para atenderlos, así como un cocinero, limpiadoras y jardineros. Como Mike comentó más tarde, «todos los problemas que surgían los tratábamos como si fuésemos una gran familia».

Tubular Bells:

El magnífico ambiente que reinaba en el estudio y la actitud de Newman y Heyworth dieron a Mike la oportunidad de grabar una nueva maqueta basada en los mismos desarrollos instrumentales que ya manejaba desde hacía tiempo. A Heyworth y Newman les encantó y asombró el abanico de ideas de Oldfield, y emprendieron una campaña de persuasión a Branson para que editara aquello y les dejara el estudio durante algún tiempo para grabarlo. De entrada parecía que aquel no era el momento apropiado; el proyecto debía esperar un poco a la llegada de Simon Draper (que se uniría a Branson, poseedor de una cadena de tiendas de discos) para crear una discográfica propia. Draper tenía un amplio conocimiento musical, y cuando escuchó las ideas de Mike, las apoyó inmediatamente.

Mike continuó desarrollando y refinando sus ideas, a las que ahora podía dar un nombre: Tubular Bells aunque en principio se barajasen nombres como Breakfast in Bed (Desayuno en la cama) y Opus One (Opus 1).

Casi se había agotado la paciencia de Mike Oldfield cuando Draper le ofreció una semana de tiempo de estudio en The Manor. Una amplia selección de instrumentos fue llevada al estudio, y comenzó el trabajo. Durante esa semana se grabó algo más de la primera parte del álbum, y el resto emergió durante sesiones repartidas a lo largo de los siguientes meses. Desde el principio Mike ponía las facilidades que le daba la tecnología de la época al límite para hacer sus grabaciones; muy pronto empezó a usar 16 pistas. Como se iban añadiendo a la grabación más y más instrumentos, las sesiones también fueron una prueba para la inventiva de Newman y Heyworth, que mezclaron aquello todo lo bien que les fue posible en un período limitado de tiempo. El equipo de que disponía el estudio no estaba automatizado, y todo el trabajo fue hecho manualmente por Mike, ya que Simon Heyworth y Tom Newman ya usaban todos los dedos de que disponían en la mesa de mezclas; esto hacía menos cercana la relación entre productores y artista, pero aun así cada uno de los tres aprendió muchas cosas de sus otros dos compañeros.

Durante las sesiones, Mike tocó más de 20 instrumentos y se grabaron aproximadamente 2000 cintas de prueba. La música fue interpretada casi al completo por él mismo, con la excepción de Viv Stanshall (voces), Jon Field (flauta), Steve Broughton (percusión) y Mundy Ellis (voces); Newman y Simon Heyworth recibieron crédito como co-productores. Cuando terminaron las sesiones, Branson se llevó las cintas de Tubular Bells a la feria de la industria musical, MIDEM, en Cannes en enero de 1973. Un ejecutivo de la compañía americana Mercury Records le dijo, «si le pones letra te lo compró por 20.000 $». Como nadie se mostraba interesado en respetar el concepto original, Branson y Draper decidieron editar el álbum ellos mismos en su nueva discográfica, Virgin Records.

Tubular Bells vio la luz el 25 de mayo de 1973. Surgió de un proceso de grabación y mezcla al que hubiera podido llamarse arte en estado puro. Los críticos hicieron lo que pudieron para definirlo, pero los aplausos fueron unánimes: el público simplemente abrió su corazón al nuevo artista y su magistral debut. La prensa británica se quedó perpleja. El influyente radio-DJ de la BBC John Peel escribió que aquel era «un disco que cubría genuinamente un nuevo e inexplorado territorio», con música que «combina lógica con sorpresa, sol con lluvia». «Una extensa obra, casi clásica en su estructura y en la forma en cómo el tema está establecido y diestramente trabajado», dijo el Melody Maker. Algunos entrevistadores incluso creían poder enumerar las influencias de Mike : «La textura de Tubular Bells recuerda bastante a Sibelius, Vaughan Williams, Michel Legrand y The Last Night of the Proms», escribió el productor televisivo Tony Palmer.

Tubular Bells siempre se recordará como un momento en la historia de la música rock que cautivó el corazón y la imaginación de mucha gente. Fue también un punto de partida desde el cual poder apreciar los muchos cambios y descubrimientos hechos por este creador que ,a partir de los 19 años, fue creciendo en madurez. El álbum entró en las listas del Reino Unido en julio y pronto llegó al primer puesto. Tubular Bells comenzó a venderse masivamente en toda Europa.

En junio de 1973, Tubular Bells se presentó en vivo en el Queen Elizabeth Hall de Londres. Para esta ocasión, se unieron a Mike los guitarristas Mick Taylor (de The Rolling Stones), Steve Hillage (de Gong), Fred Frith (de Henry Cow) y Ted Speight. También participaron David Bedford, Kevin Ayers y Pierre Moerlen, el percusionista de la vanguardista banda de rock Gong, y que sería uno de los nombres fijos en la plantilla de músicos de Mike durante muchos años. La respuesta del público fue descrita por un periodista del New Musical Express así: «Todo el público se puso de pie y empezó a pedir más. Eso sólo fue una de esas raras y espontáneas muestras de agradecimiento».

Tubular Bells también se editó en los Estados Unidos, pero allí todo estaba sucediendo de una forma más lenta. El empujón necesario para que las ventas del disco subieran como la espuma vino cuando el director de cine William Friedkin, animado por Richard Branson, decidió usar un extracto de 4 minutos en la película de terror El Exorcista. Mike no fue consultado respecto a la asociación de su obra con aquella película, y más tarde diría a los periodistas que aquello no le había gustado del todo. En el Reino Unido, se lanzó un single de Tubular Bells con una versión remezclada del álbum en versión «cuadrofónica», un sistema que necesitaba de cuatro altavoces para su pleno aprovechamiento. Para mostrar las maravillas de aquel novedoso sistema, el Tubular Bells Quad incluía una secuencia extra de un avión que parecía moverse alrededor del oyente, y que fue grabado después de The Sailor’s Hornpipe.

Mike Oldfield había soñado por mucho tiempo con el momento en que se editase Tubular Bells. Cuando aquello ocurrió no pudo aguantar la presión acumulada y, emocionalmente exhausto por el proceso de grabación y sus propias inseguridades ante la fama desorbitada que estaba adquiriendo, se retiró a su nueva casa de Herefordshire. Fue allí donde comenzó a crear su nueva obra, que más tarde adoptaría el nombre de la cercana colina Hergest Ridge.






















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